sábado, 30 de junio de 2012

Presentación-Bautizo de Manual para el más allá

 La noche del jueves 28, como programado, tuvo lugar la presentación de Manual para el más allá, en Alejandría II.A continuación, enlazo las palabras preparadas y pronunciadas por la profesora Violeta Rojo a fin de presentar el libro en sociedad y que, como primicia, publicó en la WEB el blog Librodeldía.

ibrodeldia.wordpress.com/2012/06/30/manual-para-el-mas-alla/

Manual para el más allá

Violeta Rojo

Enzo Pittari, sin prisa pero sin pausa, se ha ido convirtiendo en un hombre integral. Es europeo y es americano, es de la ciudad y es de la provincia. Es profesor y es estudiante. Sus especialidades profesionales pasan de la ingeniería eléctrica a las ciencias sociales del doctorado que actualmente realiza. Ahora se estrena como humanista con este libro, uno de los dos que le conozco.
Manual para el más allá comparte con su autor el tener muchas facetas, el moverse con facilidad y precisión por muy disímiles campos. También es un libro que puede ser analizado desde distintas y ricas perspectivas.
Por ejemplo, no es sólo un libro de cuentos sino un cuentario, esto es un ciclo de cuentos que se vinculan entre sí y que pueden leerse por separado o como partes de una secuencia narrativa mayor. Y en esta serie de cuentos hay una temática que circunvala a las otras: la de los mundos opuestos que conviven: Europa y América, ciudad y campo, presente y pasado, realidad y ficción, lo real y lo fantástico. Esta unidad temática contiene, a su vez, tres sistemas argumentales distintos, que se interrelacionan y completan.
El primero de los sistemas temáticos es el la memoria y lo autorreferencial. En estos relatos, de evidente textura autoficcional, el autor recuerda las historias familiares (las suyas y las de su esposa Rafaela) y a partir de ellas va recuperando personajes, consejas, dolores, esperanzas, alegrías, paisajes y miedos. La memoria, por su parte, le permite el punto de vista necesario para la comparación entre costumbres y modos. Estos recuerdos y vivencias de antepasados remotos y recientes, en geografías diversas, van relatando la vida de un nuevo ser que es de aquí, de allá, de acullá y de todos lados.
El segundo sistema es el de la narrativa de la otredad, la migración y el exilio. En el Introito, Pittari establece su teoría sobre las nacionalidades, las fronteras y el nomadismo necesario para la libertad. Esta introducción ensayística se ve de cierta manera ratificada por textos en los que va narrando aventuras distantes en tiempos y geografías.  En ellas, un Diego que podemos imaginar antepasado del autor, un Carlo en el que vislumbramos a su padre, otro Diego que podemos trasponer al Enzo actual, relatan, actuan, viven búsquedas de tesoros, guerras, peripecias a bordo del barco de inmigrante, duros comienzos en distintos pueblos de un país diferente.  Estos  expatriados son además hijos de la guerra, lo que configura unos recuerdos, necesidades y costumbres que posiblemente nunca se pierden. Y esta circunstancia se vuelve visual, ya sea en forma de cáscaras de manzana, de una tela príncipe de gales o de la minuciosa descripción de la arquitectura de cada nueva casa. Los recuerdos transmutados en literatura, comienzan con la búsqueda de un tesoro elusivo, que todos tratan de encontrar sin éxito, porque es un espejismo. Y esta historia configura la metáfora perfecta de lo que es emigrar: buscar un tesoro en otro país. Tesoro quimérico, que como sabemos, nunca se halla, y si se consigue, solo se es consciente de ello al perderlo.
El último sistema es el elemento fantástico que como un cemento unifica los relatos. Ya el título y su referencia al más allá nos anuncian que encontraremos espíritus guardianes de tesoros; fantasmas que reclaman la codicia; gatos que espantan y reviven; changús mágicos que traen la desdicha.  Es así como el mundo del más allá se sobreimpone con el del más acá y conforman un lugar en el que todo es posible.
Así,  entre memorias, recuerdos, fantasmas y migraciones van transcurriendo estos textos múltiples, integrados y complejos. En ellos habitan personajes que, a pesar de las vicisitudes, nunca dirían “non mi sono rimasti, nemmeno gli occhi per piangere” (única frase que conozco en italiano y que significa que no queda nada, ni siquiera los ojos para llorar). Los personajes de Pittari comparten con su autor un optimismo vital que hace que siempre tengan recursos, siempre sepan que hay algo más que pueden hacer.
Enzo Pittari ha entrado con buen pie a un nuevo mundo, el de la ficción. Bienvenido a esta terra nova, amigo. Que los dioses de la literatura te sigan siendo propicios.

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