Nociones
de Democracia
en “El pasajero de Truman”
de
Francisco Suniaga
1/2 bolívar –un real– de plata 835, de 1944,
fecha que ronda los acontecimientos acá referidos
A
|
unque Democracia y
Dictadura son palabras que solemos usar para designar sistemas políticos
visiblemente contrapuestos, constituyen un binomio que difícilmente puede
interpretarse como formado de antípodas absolutas, blanco o negro, todo o
nada. En realidad, a lo largo y ancho
del mundo, lo que encontramos son modalidades intermedias de sistemas de
gobierno identificables por una gran variedad de texturas y sazones que, aunque
dificultan la diferenciación clara y nítida entre ambas partes de la dupla, no
nos impiden entender la una a partir del manifestarse de la otra; como en un
juego de acuñación, objeto y troquel.
Es de
esta manera que, leyendo un libro cuya trama refiere una de las tantas etapas
oscuras de nuestra historia republicana, creo posible ver la luz escudriñando
pensamientos, actitudes, criterios y actuaciones de un personaje que, aún
navegando con destreza envidiable inmerso en las tinieblas propias de un sistema
político que no deja lugar sino para el miedo y la actuación calculada y hasta
taciturna de sus ciudadanos, está convencido de que, más allá existe la
posibilidad de un despertar, de un amanecer transparente y prometedor para una
patria a la que definitivamente, ha servido con una vocación sin tacha, con
intenciones y actuaciones constructivas, por no decir elevadas. Me refiero, más
precisamente, al protagonista de la novela nombrada en el título de este
ensayo, el doctor Diógenes Escalante, dicho, el pasajero de Truman.
Partiré
de asumir que una obra literaria considerada por la crítica -y hasta por su
mismo autor- como un relato de ficción, permite siempre extraer conclusiones y
mensajes relacionados con principios y valores del quehacer político de la
sociedad, los cuales cabe asumirlos,
cuanto menos, como indicios de las condiciones, motivaciones y hechos
que predominan o predominaron en el real devenir de las cosas durante la época
y el espacio determinados en los que se desarrolla la trama de dicho relato.
En el ensayo que refiero y que in extenso puede leerse publicado en mi site:
reseña las
nociones y mensajes que sobre Democracia resultan de la lectura del libro “El pasajero de Truman”, de Francisco
Suniaga, a partir del examen de los diálogos entre los principales personajes
que rigen la trama, o de sus monólogos y reflexiones, y de las interpretaciones
posibles sobre sus actitudes y actuaciones hacia el Poder, tanto en aspectos
comunes de la vida, como en su relación directa con la función de gobierno y la
política en general. Los mensajes sobre
Democracia que resalten, bien pueden provenir de elementos y situaciones que la
refuercen como práctica o, por contraposición, de factores que la nieguen o
comprometan como sistema de vida.
Como método de trabajo, apunto a la
identificación e interpretación, tanto en los escenarios como en la mentalidad
de los personajes, de categorías propias de la Democracia, como son:
pluralismo, amplitud, legitimidad, representatividad, separación de poderes,
libertad de pensamiento, libre albedrío, justicia, y otras.
Aclaro anticipadamente que de manera
deliberada, evito detenerme en el evento crucial de la novela relacionado con
la “locura” del protagonista. Procuro sin embargo considerarlo como un
aspecto -causa o consecuencia- del juego de ambiciones y fuerzas del espíritu
que llevaron su vida a un desenlace que, aparte lo enojoso que habrá resultado
para su propia persona y para sus allegados, pudiera interpretarse también
penoso para nuestro propio país; cosa esta última que no llegaremos a saber
nunca a ciencia cierta más allá de las especulaciones, justificables o no, que
al respecto puedan hacerse.
Por último, valga comentar que del estudio de la obra de Suniaga que diera lugar a este ensayo, se origina uno de los primeros post de este blog denominado "La ley de Diógenes", que bastante interés ha tenido para los lectores durante estos años.
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